Una constitución agotada

Pancartas de EQUO en la manifestación del 19 de julio

Hace tiempo que lo vengo pensando, pero los acontecimientos que han sucedido a la Diada no hacen más que reafirmarme en esta convicción: la Constitución de 1978 está agotada y necesita un cambio profundo y urgente. No es sólo la necesidad de transformar el Estado autonómico en un auténtico Estado federal con las asimetrías necesarias para que una mayoría de catalanes y vascos se sientan verdaderamente partícipes del mismo. Hace tiempo que la descentralización autonómica pide una reforma, que ahora ya es perentoria a causa de la crisis económica. Es que además hace mucho tiempo que amplios sectores sociales piden una reforma profunda de estructuras básicas del Estado como el Senado, la Ley Electoral, la Justicia, por no hablar de la crisis de la institución monárquica, aunque para mí esta es lo menos urgente de todo. Ahora se habla mucho de procesos constituyentes, pero yo me conformo con lo que EQUO incluía en su programa electoral para las últimas elecciones generales:

«Hacen falta reformas electorales y constitucionales de gran calado, una nueva transición para una mejor representación de la ciudadanía, más activa y directa, el fin del bipartidismo y de la partitocracia, un nuevo empoderamiento popular y un republicanismo participativo en el que el poder esté más repartido, con partidos más democráticos, transparentes y refractarios a la corrupción, con organizaciones sociales y ciudadanas más representativas y con más poder de consulta, control y codecisión, donde la iniciativa legislativa popular y los referendos locales, autonómicos y estatales sean instrumentos habituales y normalizados de ejercicio de la democracia.»

«EQUO apuesta por la apertura de un proceso con participación ciudadana para la reforma de la Constitución Española que defina un nuevo modelo territorial de Estado, garantice un sistema electoral efectivamente proporcional, establezca los cauces para una democracia más participativa y afronte las reformas necesarias que garanticen el mejor funcionamiento de la justicia y sus órganos de gobierno. En este debate EQUO aboga por un estado federal, laico y republicano.»

Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro.

Es urgente esta reforma constitucional, no sólo para dar acomodo a las exigencias de Cataluña o Euskadi, sino también a las de toda una generación que ha dejado de creer en esta clase política, la generación de las asambleas y del 15M, la generación que se ha hecho adulta después de la Transición y que considera que las instituciones actuales, empezando por los partidos políticos, son un fraude caduco y uno de los problemas principales del país.

Creo que en estos momentos, en vísperas del 25S, ya es un clamor que la Constitución del 78 no es más que una constitución de transición desde un Estado centralista y dictatorial hacia un Estado democrático y descentralizado, pero imperfecto. En el marco de la profunda crisis política actual es absurdo que los grandes partidos sigan manteniendo la inmutabilidad de la constitución, alejándose cada vez de más y más ciudadanos. Zapatero ya demostró que la Constitución se puede reformar en tiempo récord. Tampoco vale la política del avestruz, hacer como que diadas y manifestaciones no son más que algarabías de descontentos por la crisis económica. Llama la atención que once estados europeos -incluido España- aboguen por una profunda reforma política de Europa, mientras en Madrid se sigue esgrimiendo una Constitución de hace treinta años como algo inamovible.  Es tiempo de abrir el debate de una profunda reforma constitucional, si no quieren que los ciudadanos y los tiempos se los lleven por delante.

 

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4 thoughts on “Una constitución agotada

  1. Efectivamente, las propuestas de regeneración democrática que planteábamos para el programa de las generales me parecen igual o más vigentes ahora que hace ya un año. Recupero aquí una idea que he manifestado en http://www.equomunidad.org muy en línea con este post y a raiz de la iniciativa del 25S:

    Hoy por hoy no se puede acometer una reforma del marco político si los 2 grandes partidos no lo quieren o si no existe una mása social de tal magnitud como para exigir un cambio de modelo de tal manera que esta demanda no pueda ser ignorada sin más. Me temo que estamos muy lejos de eso. Si no existe presión social para demandar una reforma constitucional menos aún para un proceso constituyente.

    Lo que sí me parece claro es que existe un enorme porcentaje de la sociedad que rechaza este modelo político. Es un sentimiento con muchos matices y desde ideologias muy dispares. Este rechazo puede derivar en algunos casos hacia la desafección y esto en apoyo a propuestas populistas. En otros casos puede derivar hacia la lucha por un cambio de modelo más plenamente democrático. Entre las personas que opten por esto habrá quien tome posturas mas rupturistas y quienes prefieran la vía de las reformas. La mayoría sin embargo pienso que aguarda a la expectativa.

    Desde Equo debemos contribuir a que ese sentimiento de rechazo por la política se convierta no en desafección y en populismo sino en una pulsión de cambio en positivo. Toda esa gente que en las encuestas dice desconfiar de la política debemos hacer que vea que es posible avanzar hacia otro modelo en el que la política no sea un problema sino un instrumento para mejorar y solucionar los problemas reales. Así estaremos ayudando a que del rechazo pasemos a la pulsión de cambio y de esta pasemos a la presión social hacia un cambio de modelo. Y estaremos avanzando hacia ese otro escenario que ahora vemos lejos.

    Entonces se podrá hablar de si apostamos por reformar la CE del 78 o elaborar una nueva. Decir ahora que iniciamos un proceso constituyente o que nos sumamos a alguna de las iniciativas que hay en ese sentido es totalmente prematuro. ¿Estamos convencidos de que son más las ventajas de una nueva constitución que de la reforma de la actual? Es otro debate que tendremos que tener.

    • Gracias Sergio, yo de hecho pienso que en línea con nuestro programa será más fácil abrir el melón de las reformas que abrir un nuevo proceso constituyente. De hecho, todas las grandes democracias occidentales tienen constituciones reformadas a veces muchas veces, y en España no han sido capaces ni de derogar la ley Sálica, por no hablar del Senado y tantas cosas. En mi opinión hay mucho margen para la mejora.

  2. El cambio de modelo pasa por una Revisión en toda regla de la Constitución. Mientras tengamos esta panfleto constitucional donde se juega con los credos, y se le da patente corso a ciudadanos representantes de la soberania nacional que pueden delinquir….No os hagais pájaras, y lo digo con toido el repeto que se merece cada opinión, nada se cambiará si no se Modifica la Constitución.
    Y el entorno del Congreso,(25) es el mas apropiado para llevar como referente la petición de la Modificación de aquellos Articulos que sobreviven del parto del franquismo.

    • Hola Luis María. Estoy de acuerdo como expreso en el blog, aunque para cambiar algunas cosas del modelo político actual ni siquiera hace falta reformar la constitución, solo voluntad. Por ejemplo, la ley electoral.
      Saludos.

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